En el Seminario estamos cuidando a un sacerdote que ha sufrido un accidente, el martes me tocaba ayudarle la Santa Misa, esto era después de la oración de mañana. Paso que ese día, él tenía que viajar a Lima para hacerse la revisión de la semana, así que adelanto la celebración de la Santa Misa. Cuando acabo la oración, fui para ayudarle pero él ya había comenzado la Santa Misa con el seminarista que lo iba acompañar. La impresión que tuve al abrir la puerta fue distinta, no era el mismo cuarto en el cual todos los días entro para preparar la cama o llevar la comida, sino que era un lugar cargado de piedad. Me pareció entrar a una capilla. Ellos no me vieron pero yo vi todo ese milagro de la Eucaristía.
Ahí se celebraba la Santa Misa y eso era lo que hacía distinta la habitación. Esto es un ejemplo de amor al Señor sacramentado.
El sacerdote es el Padre Antenor Zegarra, párroco de Huarochirí, sufrió un accidente al bajar, pues un huayco había cortado la carretera
Pido a todos los jóvenes apóstoles oraciones por él.
Ahí se celebraba la Santa Misa y eso era lo que hacía distinta la habitación. Esto es un ejemplo de amor al Señor sacramentado.
El sacerdote es el Padre Antenor Zegarra, párroco de Huarochirí, sufrió un accidente al bajar, pues un huayco había cortado la carretera
Pido a todos los jóvenes apóstoles oraciones por él.
Julio Marquinho Espichán Asín